EUROPA
PRESS
25
octubre 2016
La pérdida de la firmeza de la juventud y la elasticidad en la
piel es uno de los primeros signos externos del envejecimiento y ahora parece
que no es sólo la piel la que comienza a ceder, sino también el cerebro. Una
nueva investigación de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, en
colaboración con
Mediante
la vinculación del cambio en el plegamiento del cerebro a la tensión en la
corteza cerebral, la capa externa del tejido neural en el cerebro, el equipo
encontró que con la edad, la tensión en la corteza parece disminuir, un efecto
que fue más pronunciado en las personas con la enfermedad de Alzheimer.
El
equipo, que detalla sus hallazgos en un artículo publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', dice que esta nueva
investigación arroja luz sobre los mecanismos subyacentes que afectan al
plegado del cerebro y podrían utilizarse en el futuro para ayudar a
diagnosticar enfermedades del cerebro.
El
autor principal de la investigación, Yujiang Wang, de
la Universidad de Newcastle, explica: "Una de las características clave de
un cerebro de los mamíferos son los surcos y los pliegues en toda la superficie
--un poco como una nuez-- pero hasta ahora nadie ha sido capaz de medir este
plegamiento de una manera consistente".
"Mediante
la cartografía del plegado del cerebro de más de 1.000 personas, hemos
demostrado que nuestro cerebro se pliegan según una ley universal simple.
También detectamos que un parámetro de la ley, que se interpreta como la
tensión en el interior de la corteza, disminuye con la edad", detalla.
"En
la enfermedad de Alzheimer, este efecto se observa a una edad más temprana y es
más pronunciado. El siguiente paso será ver si hay una manera de utilizar los
cambios en el plegamiento como un indicador temprano de la enfermedad",
plantea.
La
expansión de la corteza cerebral es la característica más obvia de la evolución
del cerebro de los mamíferos y, en general, se acompaña de grados crecientes de
plegado de la superficie cortical. En el cerebro adulto medio, por ejemplo, si
la corteza de un lado --o hemisferio-- estuviera desplegada y aplanada tendría
un área superficial de aproximadamente 100.000 mm2, aproximadamente una vez y media el tamaño de una hoja de papel A4.
Los cerebros femeninos, menos plegados
Investigaciones
anteriores han demostrado que el plegamiento de la corteza a través de especies
de mamífero sigue una ley universal, es decir, independientemente de su tamaño
y forma, se pliega de la misma manera. Sin embargo, hasta ahora no ha habido
ningún estudio sistemático que demuestre que se produce la misma ley dentro de
una especie.
"Nuestro
estudio ha demostrado que podemos usar esta misma ley para estudiar los cambios
en el cerebro humano", explica el Wang, líder mundial en la Facultad de
Ciencias de la Computación de la Universidad de Newcastle. "A partir de
esto, hemos identificado un parámetro que disminuye con la edad, lo que se
interpreta como cambio de tensión en la superficie cortical. Sería similar a la
piel. A medida que envejecemos, la tensión cae y la piel comienza a aflojarse",
pone como ejemplo.
"Se
sabe desde hace tiempo de cambios de tamaño y grosor en la corteza con la edad,
pero la existencia de una ley general para el plegado nos muestra cómo combinar
estas cantidades en una sola medida de plegado que luego puede compararse entre
sexos, grupos de edad y estados de enfermedad", subraya.
El
equipo también encontró que los cerebros de hombres y mujeres difieren en
tamaño, área superficial y grado de plegado. De hecho, los cerebros femeninos
tienden a estar un poco menos plegados que los cerebros masculinos de la misma
edad, a pesar de lo cual, los cerebros masculinos y femeninos siguen
exactamente la misma ley.
"Esto
indica que, por primera vez, tenemos una manera consistente de cuantificar los
pliegues corticales en los seres humanos", dice el doctor Wang. A lo largo
de la vida útil de los individuos sanos, los cambios de plegado corticales se
producen de la misma manera en hombres y mujeres, pero en aquellos con la
enfermedad de Alzheimer el cambio en el plegamiento cerebral fue
significativamente diferente.
"Se
necesita más trabajo en esta área, pero sí sugiere que el efecto de la
enfermedad de Alzheimer tiene sobre el plegamiento del cerebro se asemeja al
envejecimiento prematuro de la corteza", concluye Wang.